miércoles, 15 de junio de 2016

Te espero

¿Y qué hay? Supongo que estés viendo todo desde ahí arriba... Ya ves que las cosas andan un poco turbias por aquí abajo, pero estamos intentando hacer piña entre todas. ¿Te acuerdas la vez que me contaste que se aprovechaban tus hermanos de lo bueno que eras y al final, de bueno eras tonto? Pues de tal palo, tal astilla. Pero aunque eso me haga jugar en desventaja muchas veces, me hace tener la conciencia bien tranquila, porque sé que doy lo mejor de mí a las personas que quiero, y que algún día cuando les falte, se darán cuenta de lo que hice. Me siento orgullosa de cómo soy y espero que tú también estés orgulloso de mi. 

Papá, tú que estás ahí arriba, mira a ver si puedes abrir hueco entre las nubes que tenemos encima y dejar que empecemos a ver la luz, que la vida este año se ha vuelta una cabrona y no hace más que traernos tormentas y nubarrones, y está bien que una sea fuerte y se levante cada dia preparada para la batalla pero también necesitamos un descanso por aquí abajo, un poco de luz, de tranquilidad. 

No estoy segura de que leas esto, pero siento que es la única forma que tengo de hablar contigo, y me gusta, me gusta escribirte y pensarte. Pensar que lo lees y que me escuchas, como si estuvieses sentado en tu sofá, donde espero cada día volver a verte y de mientras, me conformo con soñarte cada noche. Esta noche te espero, tenemos que hablar, pero no te vayas como la última vez, así no. Dame un abrazo grande y dime que te vas al bar a echar la partida, y así podré seguir durmiendo tranquila. 


Buenas noches papá, te quiero.


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