viernes, 9 de agosto de 2013

Princesas modernas

Toda niña sueña con vivir su historia de princesas, con encontrar a su increíble príncipe azul, ese de los cuentos que junto con su caballo va a salvar a la princesa que, de casualidad, cuando no vive en lo alto de un castillo, está siendo buscada por una bruja malvada o aún peor, vive con ella.
Hoy en día encontrar a un "príncipe" es muy complicado. La mayoría de los chicos que se ven ahora por la calle, o pierden aceite o son imitaciones del tal Justin Bieber, es decir, son más princesitas ellos que ellas... Con esta crítica, no quiero decir que no haya príncipes, lo que pasa que se esconden. 
Ahora es la princesa quien tiene que salir de lo alto del castillo por su propio pie en busca de sapos, que con suerte, alguno llegará a ser un proyecto de príncipe.

Yo tengo el mío, mi príncipe, pero el mío no es el mítico que viene acompañado de su caballo, ¡¡el mío tiene 150!! A ver si me supera la tal Blancanieves... No es el mítico príncipe de cuentos de hadas que viste con mayas (ahora que somos más modernos lo llamamos leggins) y pololos (gracias a dios)... Pero si se parece en que hay veces que suele ir armado. Lo que pasa que no es de espadas de plata con empuñadura de oro, su arma más bien es su cámara, y su escudo, estar siempre tras ella. No necesita nada más.


Yo soy el proyecto de princesa que vivía en lo alto de castillo (un cuarto piso para ser exactos) y que en vez de dos hermanastras, tengo dos hermanas. Como toda princesa, su mejor amigo es un animal, el mío es mi perro, y luego están mis sobrinos, que más o menos podrían ser monos saltarines.

Y como en toda historia de cuentos de hadas se narra, cuando el príncipe y la princesa (o proyecto de) se encuentran, viven felices y comieron perdices...

 ¡Pues no!

Yo soy muy feliz junto a él, pero mejor que unas perdices... me como un kilo de chocolate y añadimos felicidad al asunto.



"Para encontrar el zapato perfecto, hay que recorrer mucho camino"  

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