Para los que de vez en cuando os perdéis por internet buscando y caéis por aquí, me llamo Marta, tengo 21 años y tengo miedo.
No soy de las típicas chicas que tienen miedo a hacerse vieja o a crecer, tengo un miedo que es aún peor, y creo que por primera vez en mi vida, quiero compartirlo.
Durante estos 21 años he ido creando mi personalidad, una personalidad de "chica feliz" para esconder un poco lo que hay debajo. No creáis que debajo de esa faceta que muestro y que intento hacer mía hay una "emo" ni una depresiva compulsiva, no, sólo hay una chica con sentimientos, pero como dice cierto personaje de mi trabajo, soy una persona tántrica, es decir, prefiero quedarme todo para mi y no sacar nada a la luz.
Siempre he sido la típica niña que pasaba desapercibida (salvo en ballet, que quisiese o no siempre me mandaban ponerme delante, debo reconocer que se me daba bien... en el pasado claro está), no me gusta que me señale ni que me miren diferente. Cuando alguien es el primero en algo y ponen toda su atención en él, no puede fallar, no puede equivocarse y quedar en ridículo, por eso me gusta quedarme siempre callada, ocultándome en la sombra ¿Por qué? porque me da miedo hacer el ridículo, que me señalen con el dedo y que se rían de mi. Seguro que a alguno le parecerá una estupidez, pero quien piense así debería saber que para mi no es fácil convivir con ello. Me pierdo muchas cosas porque me da miedo fallar o no estar a la altura de la situación, me da miedo que aquellos que confían en mi sientan que les he fallado por no intentar las cosas porque no lo intento... es difícil.
Trabajo cara al público y mi miedo aún aumenta más, llegando a la situación que es él quien me controla a mi y no al revés.Quien me conoce, sabe que me encantan los niños, y prefiero mil veces trabajar con ellos y pasar todo el día cambiando pañales antes que estar cara al público a cargo de algo. Cuando trabajas con niños y cometes algún error, te caes, te sale algún gallo cantando canciones o cualquier cosa, los niños se ríen, pero lo hacen con inocencia, porque les parece divertida la situación, sin embargo, cuando vamos creciendo, nos reímos con malicia. La gente espera como buitres a que caiga su presa al mínimo fallo o error que cometan.
No sé desde cuando ni por qué tengo tanto miedo a esto, pero aunque os parezca una estupidez, es muy duro. ¿Sabéis la cantidad de cosas que me gustaría hacer y no me atrevo? ¿Sabéis la cantidad de personas a las que he fallado por ni si quiera intentar algo? ¿Sabéis lo que se siente por dentro? Eso puedo decirlo... es algo muy parecido al asco, aunque más bien lo llamaría odio.
No soy de las típicas chicas que tienen miedo a hacerse vieja o a crecer, tengo un miedo que es aún peor, y creo que por primera vez en mi vida, quiero compartirlo.
Durante estos 21 años he ido creando mi personalidad, una personalidad de "chica feliz" para esconder un poco lo que hay debajo. No creáis que debajo de esa faceta que muestro y que intento hacer mía hay una "emo" ni una depresiva compulsiva, no, sólo hay una chica con sentimientos, pero como dice cierto personaje de mi trabajo, soy una persona tántrica, es decir, prefiero quedarme todo para mi y no sacar nada a la luz.
Siempre he sido la típica niña que pasaba desapercibida (salvo en ballet, que quisiese o no siempre me mandaban ponerme delante, debo reconocer que se me daba bien... en el pasado claro está), no me gusta que me señale ni que me miren diferente. Cuando alguien es el primero en algo y ponen toda su atención en él, no puede fallar, no puede equivocarse y quedar en ridículo, por eso me gusta quedarme siempre callada, ocultándome en la sombra ¿Por qué? porque me da miedo hacer el ridículo, que me señalen con el dedo y que se rían de mi. Seguro que a alguno le parecerá una estupidez, pero quien piense así debería saber que para mi no es fácil convivir con ello. Me pierdo muchas cosas porque me da miedo fallar o no estar a la altura de la situación, me da miedo que aquellos que confían en mi sientan que les he fallado por no intentar las cosas porque no lo intento... es difícil.
Trabajo cara al público y mi miedo aún aumenta más, llegando a la situación que es él quien me controla a mi y no al revés.Quien me conoce, sabe que me encantan los niños, y prefiero mil veces trabajar con ellos y pasar todo el día cambiando pañales antes que estar cara al público a cargo de algo. Cuando trabajas con niños y cometes algún error, te caes, te sale algún gallo cantando canciones o cualquier cosa, los niños se ríen, pero lo hacen con inocencia, porque les parece divertida la situación, sin embargo, cuando vamos creciendo, nos reímos con malicia. La gente espera como buitres a que caiga su presa al mínimo fallo o error que cometan.
No sé desde cuando ni por qué tengo tanto miedo a esto, pero aunque os parezca una estupidez, es muy duro. ¿Sabéis la cantidad de cosas que me gustaría hacer y no me atrevo? ¿Sabéis la cantidad de personas a las que he fallado por ni si quiera intentar algo? ¿Sabéis lo que se siente por dentro? Eso puedo decirlo... es algo muy parecido al asco, aunque más bien lo llamaría odio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario