
El problema está en que hay veces que queremos hacer esos sueños realidad y no podemos. Nos superan, nos sobrepasan, son tan grandes que nos hacen parecer más pequeños y al final resultan convertirse en la pesadilla que nos quita el sueño por las noches.
La ciencia ha demostrado que todas las noches soñamos, y que según la forma de despertar de cada uno, se puede recordar parte del sueño, a veces durante los primeros minutos tras despertar, y luego se va distorsionando, se olvida. Personalmente, nunca suelo recordar lo que sueño... dormida. Soy más de soñar despierta a cualquier hora del día, no importa lo que esté haciendo, que esté manteniendo una conversación con alguien, en el trabajo, de paseo... Sueño más despierta que dormida, sueño tan en grande que me hago pequeña yo misma, sueño con cumplir algún día mis sueños, sueño con ser feliz, sueño con tantas cosas imposibles que al final más que soñar, no hago más que vivir atormentada por sueños que se convierten en pesadillas.
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