Todos los días es una lucha constante, el mundo contra mi, y no puedo tirar la toalla. No importa que estés o no preparado, hay que luchar e intentar estar listo cuando empiecen a llegar los golpes, buscar algo en lo que respaldarse, algún motivo por el que luchar y lo más importante, algo o alguien por quien debes ganar.

Nadie dijo que las cosas iban a ser fáciles o que nos lo iban a dar todo hecho desde pequeños, muchas veces cuando utilizamos la expresión de "cómo me gustaría volver a ser pequeño" es porque ellos no tienen problemas, o al menos eso parece. Para un niño pequeño que está empezando a andar, caminar sin nada de apoyo es un reto, y ahí les tienes, levantando y cayéndose cada dos por tres, pero ellos se vuelven a levantar y lo siguen intentando, hasta que por fin lo consiguen, y aunque os parezcan que son muy pequeños, ellos se sienten mayores.
Sin embargo, nosotros los mayores, cuando la cosa se complica, lo intentamos una o dos veces más y después tiramos la toalla, nos rendimos, ya lo hará otro en mi lugar decimos, y no, nadie más puede hacerlo como tú lo harías.
En nuestro caso es difícil mantenerse en pie, es difícil intentar soltarse y empezar a caminar porque no queremos caer. Queremos tener todo tan controlado que no nos damos cuenta de que cuando menos lo esperemos vamos a conseguir hacer eso que queremos, sólo necesitamos esfuerzo, voluntad, y sobre todo seguir caminando...
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