Creo que es de noche. Todo está oscuro, no veo nada. No reconozco este lugar, no sé dónde estoy. Oigo unas voces a lo lejos, pero no entiendo lo que dicen, no son demasiado claras. Espera. Son un hombre y una mujer. Discuten. Tengo miedo porque noto que se acercan. Intento huir, pero no se a donde voy. Todo está a oscuras y esto parece un laberinto, las voces se acercan cada vez más grandes y fuertes, y mi miedo también crece, mientras, yo me hago pequeña.
Empiezo a correr en busca de una salida y entonces lo veo. En mitad de la nada un zapato de cristal, brilla y da luz como si el de una princesa se tratase, como el de la Cenicienta. Me quedo parada delante, mirándole inmóvil, y de repente me doy cuenta de que ha llegado la calma, ya no hay voces. Me relajo, me tranquilizo mientras estoy embobada con el brillo del zapato, mi cabeza está libre. De repente todo desaparece, todo vuelve a estar oscuro, ya no hay luz. El corazón se acelera, va a mil por hora, entonces creo que me giro y ahí están, son dos sombras enormes, un hombre y una mujer. Están detrás de mi y entonces... noto sus golpes. Me hago pequeña en la esquina y me cubro con mis brazos todo lo que puedo. Soy diminuta y ellos enormes, me gritan y yo me muero de miedo, lloro sin parar...
Entonces me despierto en mi cama, empapada en sudor. Me levanto de la cama, enciendo la luz y me vuelvo a sentar. Ya no quiero volver a dormir... porque tengo miedo.

No hay comentarios:
Publicar un comentario