Muchas veces realizamos acciones o decimos "palabras" sin pensar. Está mal. Deberíamos pensar unas tres o cuatro veces las cosas antes de hacer o decir nada. No es mi caso, no suelo pararme a pensar mucho, y mira que a veces pienso, pero no muy a menudo, aunque luego siempre me preocupo por las consecuencias, y el 90% de la veces las pago. Pero soy de pensar y decidir rápido, porque es lo único que vale en la vida. Es como dejar un beso a medias, un amago de caricia, dejar el amor a medio hacer. Si empiezas algo lo acabas. Las cosas que se hacen, se hacen. Si me tumbo a tu lado y quieres hacerme el amor, no lo pienses, no preguntes, házmelo, porque lo que falla en el ser humano, es la dificultad de decisión, o tal vez sea la facilidad de indecisión. Cada cual lo llama como quiere. Lo más fácil es que si te apetece besarme, bésame, acércate y estruja mis caderas en tus manos, y que comience a subir la temperatura. Arderemos al borde, pero puedo asegurar que acabaremos un poco más vacíos de locura y más llenos de satisfacción.
"Rompe el despertador y dile a tu jefe que hoy no vas al curro, que me trabajas a mí."
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