lunes, 31 de octubre de 2011

El crimen perfecto

Fueron sus latidos los que como disparos se atrevieron a atravesar mi piel de roca. Las manos incontrolables de un loco, su mirada en mí y nuestra ignorancia, descontrol y desconocimiento: el crimen perfecto. Los tres unidos bajo el brillo de la luna en la oscuridad, y sí lo digo bien, los tres, él, yo y la locura, jodiendo a listillos con nuestros besos. Y cuando no sabemos bien qué hacer, será mejor que aprovechemos al límite el calor del pecado que cometemos, y resulta que parece que yo no soy de carne y hueso, sólo soy un alma que ha resucitado a base de amor y poca calma. Sus sombras me recorren por los brazos, mientras las mías tiemblan ansiosas entre los abrazos que nos envuelven. Y para qué romper la voz pudiendo romper el mundo. Incapaz de pararme a pensar, solo era capaz de oler el aroma que desprende, que me roba la conciencia y me envía al mundo irracional. Y hasta aquí puedo hablar, el resto lo podéis imaginar...

"No importa lo húmedas que estén las calles si el incendio se queda dentro de las sábanas."





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