Fueron sus latidos los que como disparos se atrevieron a atravesar mi piel de roca. Las manos incontrolables de un loco, su mirada en mí y nuestra ignorancia, descontrol y desconocimiento: el crimen perfecto. Los tres unidos bajo el brillo de la luna en la oscuridad, y sí lo digo bien, los tres, él, yo y la locura, jodiendo a listillos con nuestros besos. Y cuando no sabemos bien qué hacer, será mejor que aprovechemos al límite el calor del pecado que cometemos, y resulta que parece que yo no soy de carne y hueso, sólo soy un alma que ha resucitado a base de amor y poca calma. Sus sombras me recorren por los brazos, mientras las mías tiemblan ansiosas entre los abrazos que nos envuelven. Y para qué romper la voz pudiendo romper el mundo. Incapaz de pararme a pensar, solo era capaz de oler el aroma que desprende, que me roba la conciencia y me envía al mundo irracional. Y hasta aquí puedo hablar, el resto lo podéis imaginar...
"No importa lo húmedas que estén las calles si el incendio se queda dentro de las sábanas."
Se me hn puesto ls pelos de punta, brillante!
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