miércoles, 11 de julio de 2012

Olas de lágrimas

Todas las niñas pequeñas sueñan con ser actrices, cantantes o modelos, y yo un día también lo quise. Sin embargo con el paso del tiempo me he dado cuenta que soy la mejor cantante en la ducha, modelo cuando desfilo de un lado a otro de mi habitación con los tacones como si de una pasarela se tratase y actriz... actriz todos los días.
El trabajo más costoso es el de ser actriz, porque muchas veces cuesta mantener la sonrisa, y los ojos libres de lágrimas, pero para eso está el fin, cuando se cierra el telón y te encierras en tu habitación cada noche, a oscuras, cuando nadie puede verte y eres realmente tú misma. Y lloras.  Y en esos momentos es cuando una persona se da cuenta que necesita un abrazo, pero no un abrazo cualquiera, el abrazo de una amiga que no te va a preguntar qué pasa, o el abrazo de esa persona tan especial que cuando te abraza se te escapan las lágrimas al saber que entiende que estás mal y sólo se preocupa de que la lágrima no recorra tu rostro. A veces creo que el problema no son ellos, sino yo, y poco a poco me voy auto-destruyendo por dentro, ahogándome  en silencio, y una no es de piedra. Todo se asemeja al mar, cuando las olas colisionan contra las rocas y éstas poco a poco se van desgastando y al final se convierten en polvo.



"Llora siempre cerca del mar para que tus lágrimas se confundan con las olas"

1 comentario:

  1. A veces las personas no lloran porque sean débiles, sino porque llevan demasiado tiempo siendo fuertes.

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