Al final somos lo que soñamos ser, y ese sueño es tan solo pura energía, una meta inalcanzable. Cada día nos caemos y nos levantamos pensando que el mañana será un día diferente, un nuevo día. Para vivir, tenemos que aprender a resistir y a reexistir, así es, vivimos y revivimos, y todo esto queda en la memoria, ya que somos lo que recordamos. La memoria es nuestro hogar vagabundo. Nuestros recuerdos son los dueños de la estrategia de la luz, van hacia delante, como los que reman de espaldas para ver mejor.
En nuestra vida, hay un dolor que se puede comparar con el dolor de muelas o la pérdida de un ser querido, y es perder un recuerdo que queremos y nos importa, perdemos una parte de nosotros. Existe por eso una clase de melancolía que se encarga de nutrir la libertad, y es en esa melancolía donde se alzan los sueños.
Tenemos que ser fuertes, vivir la vida siempre siendo positivos y sobre todo, recordando cada día que si estamos aquí es para luchar, nadie nos dijo que la vida fuese fácil, y hoy en día, no existen las personas.... todo lo que ves es gente y en este mundo.... a la gente se la podría asemejar con las cucarachas... en esta vida o pisas, o te pisan.
"Aquel que no lucha por ser el mejor, está destinado a ser dominado por aquellos que sí lo hacen."
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